Desde la Medicina Convencional, existe la creencia de que la Artritis es una enfermedad “incurable”, y de hecho, la mayoría de los que la padecen así lo creen. Sin embargo, el cuerpo siempre tiene la oportunidad de revertir cualquier proceso crónico, si éste no ha sido demasiado prolongado o excesivamente medicado, pues de la misma forma que nuestro cuerpo por alguna razón que la ciencia clásica aún desconoce, comienza a “autoatacarse” (enfermedad autoinmune), gracias a sus sistemas de HOMEOSTASIA, tendrá siempre la oportunidad de restaurar el orden y revertir la enfermedad. Solo hay que reparar la verdadera razón por la cual el switch del sistema inumune dejó de funcionar bien, y ésta no se encuentra en nuestro cuerpo físico.
Por otro lado, la creencia de que la enfermedad que portas es “incurable”, predispone efectivamente a tal condición, impidiéndose por tanto desde el ámbito mental que pueda realizarse la curación. A este fenómeno se le denomina, efecto NOCEBO, y funciona de la misma forma que el PLACEBO, por el cuál podría realizarse la curación desde una creencia positiva.
Es la Artritis una de esas enfermedades complejas, llena de rinconcitos conflictuales y emocionales que limpiar, y obviamente personalizada por cada SER que la sufre. Cada uno tiene sus circunstancias, y su camino totalmente único para llegar a la enfermedad. Hay cuestiones que pueden ser consideradas comunes a todos los que enferman de Artritis. Para empezar, existe una fuerte connotación de obstinación y rigidez en el conflicto que sostiene la enfermedad. Tengamos en cuenta que las articulaciones son aquellas que nos permiten “flexibilizarnos” físicamente, y por tanto cualquier “inflexibilidad” emocional en la persona podría reflejarse con alta probabilidad en cualquiera de nuestras articulaciones. La articulación afectada también nos da un claro mensaje, pues no todas las articulaciones significan lo mismo (no tiene la misma función una rodilla que un tobillo, o que una muñeca o un codo). Cada una nos dará un mensaje diferente, pero si tu artrosis es en la rodilla, por ejemplo, tendrás que observar mucho tu gran dificultad a “doblegarte” ante alguien o ante alguna situación. Esta articulación denota una actitud de soberbia ante aquello que no estás sabiendo aceptar.
Por otro lado, hay mucho autoreproche en cualquier tipo de artritis reumatoidea. Percibamos que el reuma es una enfermedad autoinmune, lo cuál quiere decir que tus propias defensas se defienden de ti mismo, iniciando un proceso de inflamación y destrucción, por lo que existe en este movimiento energético de tu cuerpo un fuerte sentimiento de castigo y desmerecimiento personal, bajo el amparo de un gran y profundo sentimiento de culpabilidad, puesto que ésta última, no puede existir sin un buen castigo que en este caso es la autodestrucción. Y que mejor castigo que el dolor?. Sería bueno para todos las persona que sufren la enfermedad, que comiencen rápidamente a practicar el perdón, pero especialmente hacia si mismos. No olvidemos que el amor es la solución verdadera a cualquiera de las enfermedades que por cierto, creamos nosotros mismos.
Hablemos ahora del enojo que anda detrás de esta enfermedad. El portador de esta enfermedad adopta fácilmente una postura de Victima enojada. De hecho es verdaderamente la raíz de esta enfermedad. Es nuestra wawa sentida la que se cruza de brazos y se “traga su enojo”, por lo que es nuestro cuerpo el que se encarga de expresarlo mediante el proceso de la inflamación. Siempre hay que mirar atrás para poder comprender en que punto, nuestra wawa vivió y sintió con sus seres queridos una o múltiples situaciones de injusticia que calló por miedo a expresarla. Así pues, mediante el perdón, el enfermo de artritis debe mediante el perdón, dejar su actitud de víctima enojada y comenzar a ser creador de su propia felicidad y armonía. Una hermosa afirmación sanadora para esta enfermedad podría ser: “Me perdono y me acepto, y perdono a todos aquellos con los que me he sentido ofendido”.
Homeopáticamente hay una gran lista de remedios que pueden ayudar a esta transformación del SER a nivel físico, emocional y mental. De entre ellos, se destacan el Rhus Toxicodendrum (Roble atlántico), el Natrium muriáticum (Sal de mar), Bryonia alba (Nuez blanca), Apis melífica (Abeja común) o Solanum Dulcamara (Dulcamara). Podemos acompañar el tratamiento con Esencias florales que trabajan muy bien el área emocional, destacándose el agua de Roca (Rock wáter), del sistema floral del Dr. Bach, por su gran efectividad en “disolver” inflexibilidades.
La Homeopatía se ha convertido en una maravillosa opción para incorporarla a nuestro hogar, y utilizarla para aquellos problemas habituales de salud que pueden surgir en casa.
Es una medicina surgida hace ya 200 años que ha ido expandiéndose por el mundo, de tal forma que ya es Medicina oficial en algunos países de Europa, Asia y América.