Todo evoluciona, y hasta la moderna medicina se va quedando obsoleta. Obsoleta en su concepción de la salud, en sus prácticas terapéuticas y especialmente en su trato al paciente. Surge ahora una nueva forma de gestionar nuestros problemas a todos los niveles.
El mayor de los cambios es la visión integrativa del animal y su entorno, estableciéndose una profunda conexión entre el sistema familiar y los animales que lo habitan. Nada está separado de nada. Se establece por tanto un concepto de unidad preservado por las medicinas ancestrales de todo el mundo, opacadas duramente por el sistema convencional de salud, especialmente en el último siglo.
En el marco de esa nueva y no tan nueva concepción de salud, más orientada hacia el bienestar físico, emocional, mental y espiritual, se nos regala la Homeopatía, un sistema de curación con unas reglas bien definidas, pero con mucho espacio para la creatividad, combinación perfecta de un sincretismo entre el conocimiento y la intuición, al fin unidas en la Medicina Integrativa. Increiblemente, Hahnemann hace 200 años establecería las bases de una medicina cuántica, totalmente futurista y sofisticada aplicable a todos los seres vivos de este planeta.
¿Pero por qué la combinación perfecta con nuestros animales?. Los animales son seres muy liberados de las creencias bloqueantes a las que estamos acostumbrados los humanos, además de no tener que lidiar con ese “ego” tan humano al que todos estamos tan acostumbrados a convivir. Por otro lado, los animales en la casa ocupan un lugar bioenergético importante, cumpliendo una misión de tampón equilibrador para el sistema familiar que lo sostiene. Su conexión con la medicina cuántica es altamente sutil y receptivo, por lo que actúan como indicadores de los desarreglos del sistema, expresándolo por medio de enfermedades o desequilibrios emocionales.
Para comprender la profundidad de la utilidad de la homeopatía en nuestros animales, les comento un caso bastante gráfico.
Mojito es un perro mestizo de pequeño tamaño que llega a consulta por un problema crónico de prurito con eczema en las cuatro patas y una otitis crónica en el oido derecho que había sido tratado con medicina convencional primero y con medicina natural después, habiendo siempre mejorías momentaneas, seguidas siempre de empeoramiento. Cuando se investiga sobre las circunstancias del sistema familiar, se descubre que existía una altísma dosis de cólera, debido a una circustancia en la que el padre del sistema, que desde hace años vivía en separación, regresa temporalmente debido a una enfermedad que requería de ayuda que solo podía obtener del sistema familiar.
Cuando su responsable, la madre del sistema expresa sus emociones con esta circustancia y profundizamos sobre el conflicto que lo sostenía, comprobamos que los síntomas físicos del animal encajan perfectamente con lo que estaba ocurriendo en el mental y el emocional del sistema familiar, conectado fuertemente a la figura materna, centro del sistema y ser más vinculado a Mojito. Esto ocurre increiblemente en el 90% de los casos que atiendo desde hace 15 años.
Lo que expresa la madre de esta situación es “No quiero escucharlo con sus quejas” (otitis oido derecho) y “Cuando me estaba yendo bien, aparece mi ex y ahora me siento frustrada” (prurito en sus patas). Ningún síntoma está de mas y la energía del sistema está intimamente conectada a la expresión física humana y animal. Es aquí donde la homeopatía tiene un valor terapéutico incalculable, pues no solo actuará en el plano físico, sino en todos las dimensiones del sistema, desde donde realmente se está originando el problema de Mojito.
Cuando se busca un remedio homeopático, se valora todo lo que es la expresión del sistema, siendo la enfermedad tan solo un dato más a considerar, y teniendo ahora en cuenta que el sistema no es solo el animal, se realizó una repertorización de todo cuanto acontece en el sistema familiar, logrando un solo remedio que servirá tanto para el animal como para su responsable, el ser que ocupa el lugar de la madre en este sistema familiar. En esta ocasión, el remedio fue Staphysagria (Delphinus staphysagria), un remedio derivado de una planta muy conectada a la frustración y la irritación, derivada de un sentimiento de ser “abusada” a partir de una situación que se vive desde un sentimiento de “injusticia”.
Evidentemente, este remedio fue utilizado tanto para la madre, como para Mojito, el cuál además estaba ocupando para su responsable un lugar de “hijo”, por lo que afianzaba notablemente el vínculo y por tanto la conexión energética existente entre ambos.
Esta es la magia de la curación y la homeopatía encaja perfectamente en este rompecabezas del inconsciente.
Carlos González es Veterinario terapéuta de sistemas y Homeópata y realiza cursos que promueven esta visión para la obtención del bienestar sistémico, con el único fin de sanar y crear un mundo mejor.
